Mas Danzas Bolivianas

CAPORALES

Un toque de twist norteamericano, una pizca de la tuntuna yungueña, otro tanto del k'usillo andino y listo. Una de las danzas folklóricas más representativas del país, los caporales, nació así hace más de 30 años de la inquieta imaginación de los miembros de la familia Estrada Pacheco.

Fue simple, "nada de complicados estudios antropológicos ni profundas investigaciones históricas", confiesa con un dejo de ironía Víctor Estrada Pacheco, quien atesora aquellos inicios en un archivo de fotografías en blanco y negro que cuelgan en las cuatro paredes de su sala. Junto a esas imágenes, un clavo resguarda el traje original de caporal con el que hace tres décadas Estrada encandiló, junto a los integrantes de la Fraternidad Urus, a los espectadores de la entrada del Gran Poder.
Esa vestimenta lleva tres años acumulando polvo en sus pliegues, pero no porque el tiempo haya dominado las dotes de bailarín de Estrada. Víctima de una insuficiencia renal, los cadenciosos pasos del danzarín de 57 años están ocupados ahora recorriendo los pasillos del Hospital General, con el único objetivo de mantenerse con vida.

"Días más tarde de esa actuación, nos reunimos para dar vida a una nueva danza que fuera tan alegre y espectacular como la de los negritos", explica Vicente Estrada, hermano menor de Víctor.
Ese día se elaboró el diseño de los trajes, confeccionados luego de forma artesanal por Víctor Estrada. Su hermano, Vicente, tomó la batuta del grupo y se encargó de recoger las ideas de sus miembros.
La indumentaria era sencilla. Elaborado con tela charmé, el traje consistía de un buzo blanco y una blusa roja de manga ancha, ambos adornados con escasas lentejuelas. Además, los diseños incluían una faja negra, un sombrero de paja de ala ancha y botas negras con dos cascabeles. La pieza final era un látigo, en vez del machete original.
La secuencia de la danza del caporal fue aún más difícil de idear. Pasos saltados con pies en la rodilla, piruetas, volapiés, cruces de pies... Al final, "creamos seis figuras en la casa de mi padre, debajo del puente Abaroa", explica Vicente.
Hoy, como en toda historia de este tipo, los hermanos Estrada Pacheco muestran sus diferencias a la hora de recrear aquellos días. Así, la creación de la música, por ejemplo, divide sus muchos recuerdos.

Fue precisamente en ese viaje donde la fama de Wálter Tataque Quisbert, entonces de 17 años, comenzó a ser labrada. "La primera vez que entró a la sala de ensayos las chicas gritaron de susto", recuerda Vicente Estrada, quien confiesa que fue una tarea titánica "doblegar los pies de plomo del gigante". Pero Quisbert no desmayó y las anécdotas comenzaron a acumularse. Años después, luego de culminar el recorrido del Gran Poder, civiles armados esperaron al boxeador de más de dos metros de altura.
"Asustado estaba el Tataque y comenzó a llorar pensando que lo iban a matar. Yo exigí acompañarlo en la furgoneta que nos llevó con nuestros trajes al Palacio de Gobierno". Allí, "el presidente Hugo Banzer, que lo había visto desde el palco de honor de la entrada, pidió que el 'Tataque' pasara a ser su guardaespaldas", narra Estrada.

Más que una simple moda
A partir de 1977, la fiesta del Gran Poder contó con la inclusión de nuevos grupos de caporales, conformados por los antiguos integrantes de la Fraternidad Urus. Nacieron así los grupos de los hermanos Escalier, Chuquiago Producción y Bolivia Joven 77, entre otros. Desde entonces se incluyeron guarachas en las mangas de las blusas, los pasos se fueron incrementando y la indumentaria comenzó a ser estilizada cada año. El salto definitivo de la danza de los caporales, además de la presentación del baile en el carnaval de Oruro, fue en los años 80 durante la entrada universitaria. Entonces, un grupo de jóvenes de la Universidad Católica Boliviana se propuso investigar y bailar la danza. "El resto es historia", concluye Víctor Estrada, quien debido a su grave enfermedad sólo puede observar desde las graderías a la nueva generación de Urus, pues dos veces por semana el mayor de los hermanos Estrada se somete a hemodiálisis en el Hospital General.

El folklorista, que el 2001 recibió un diploma del municipio de La Paz "por su aporte a la cultura paceña con la creación de la danza de los caporales", no cuenta con apoyo estatal ni un seguro médico.
"Gastamos alrededor de 350 bolivianos en cada sesión, lo que incluye el material para realizarlo", sostiene Carmen, la esposa de Estrada, y en su rostro se dibuja la desesperanza al corroborar que los gastos obligaron a la pareja a poner su casa de toda la vida en venta.

Hoy, varias iniciativas se anuncian para apoyar a Víctor Estrada, pero para el artista la mejor contribución es que las actuales fraternidades de caporales en el país no olviden el origen de la danza.
Ese es igual el objetivo de la Organización Boliviana de Defensa del Folklore, que está organizando para el 4 de diciembre el encuentro de 5.000 caporales para incluir la danza en el Guinness de los Récords.

http://www.la-razon.com/versiones/20051127_005373/nota_277_224254.htmLOS


AFROYUNGUEÑOS

Los africanos, traídos por la fuerza y desposeídos de toda propiedad se asentaron en el territorio de los Yungas, compartiendo ésta amplia región con aymaras y mestizos. Las poblaciones de Coroico, Mururata, Chicaloma, Calacala - Coscoma, Irupana son ahora enclaves de producción cultural afroyungueña. A medida que transcurrió el tiempo su vestimenta original fue cubriéndose de ropajes aymaras.Desde su desgarramiento social tuvieron que luchar fuertemente contra la agresión colonial y el marginamiento. Por esta razón muchas de sus originarias prácticas culturales fueron perdiéndose, incluidas sus fiestas, idioma, sentido espiritual, formas de matrimonio, etc.

Los instrumentos musicales que se utilizan para ejecutar estos ritmos afro son el tambor mayor, los cambiadores (tambores medianos), las cajas pequeñas o guanyengö (que quiere decir pingüino) y la cuancha (instrumento realizado en tacuara, llamado también raca-raca).

El término Saya comprende un estilo de música y danza que puede ser considerado como el producto de la hibridez de elementos africanos, aymaras y españoles. El acompañamiento de tambores y guanchas (véase arriba) y las coplas entre solista y coro surgen de las raíces africanas mientras la vestimenta adoptada por las mujeres se asemeja al traje de las mujeres aymaras. El canto es ejecutado en castellano. Antiguamente las dos filas de bailarines eran guiadas por los mayores del pueblo. El Capitán de baile hacía orden y lugar para los bailarines con el chicote, los dos Caporales con los pequeños cascabeles ajustados a las pantorrillas marcaban el ritmo siguiendo al tambor mayor. Hasta la época de la Reforma Agraria se ejecutaba la Saya “sólo en fiestas patronales con previa autorización del patrón”, luego se la bailaba en todos los acontecimientos sociales. La fuerte jerarquización del baile predominante hasta los años 1960 ya no existe más. Tampoco existen más los antes usuales personajes del baile como el Mayor de Plaza, el Alcalde y el Rey.

LLAMERADA

La llamerada es una de las danzas más antiguas del folklore boliviano; pertenece en sus orígenes a la nación aymara y su nombre original es "karwani". La vinculación con la llama y con los auquénidos en general, data de la época preagrícola, hace más de cuarenta siglos. La llama es el animal sagrado que desde esos tiempos brinda alimentación, transporte y abrigo. Por eso su imágen aparece pintada en cuevas, representada en cerámicas o esculpida en piedras.Para muchas culturas precolombinas, la danza era arte y magia, se bailaba para que lo danzado se reproduzca en la realidad; por eso los llameros imitaban las escenas de pastoreo a fin de mantener el rebaño.
La llamerada ha cambiado en su sentido mágico y se han incluído innovaciones en la coreografía, vestimenta, participantes, música. Pero los cambios introducidos no ha dejado de representar la estrecha relación entre el hombre andino y los auquénidos.
Según la tradición esta danza se remonta a un gran cerco humano en torno a los rebaños de auquénidos; la gente obligaba paulatinamente a los animales a estrecharse en un anillo hasta llegar a tocarlos con las manos. Las llamas, alpacas y vicuñas capturadas eran esquiladas; los animales viejos o heridos pasaban a ser alimento. Concluido el rodeo, se efectuaba la "Huilancha" o el sacrificio de la llama propiciatoria, cuya sangre era ofrecida a los dioses.En la mayor parte de las danzas bolivianas, hasta hace más o menos unas tres décadas, la presencia de la mujer. en relación con el varón, era minoritaria o prácticamente nula , pero en la llamerada la mujer está presente desde tiempos antíguos, porque las labores del postillón o del arreo hacia las tierras de Potosí eran actividades realizadas por toda la familia.
 

El atuendo es una mezcla de antíguos elementos - utilizados por los aymaras desde tiempos prehispánicos y coloniales hasta el siglo XIX - con partes del vestuario aymara actual. La montera es lo más característico: es cuadrada, bordeada de flecaduras y hecha de paño, recuerda el sombrero que utilizaban las autoridades aymaras. El hombre lleva camisa de lana, de bayeta o de seda, pantalón corto de bayeta hasta poco más abajo de las rodillas, calcetas de cayto, abarcas, un aguayo de colores amarrado sobre el pecho, un chumpi o faja multicolor que rodea la cintura, una soga enroscada, cruzando el pecho, en sentido contrario al del aguayo. En las llameradas más tradicionales, los hombres también llevan una careta de yeso, con los labios fruncidos, en actitud de silbar.

El hombre y la mujer portan, en la mano derecha, una honda o korawa, símbolo de pastores y arrieros, parte fundamental de la coreografía y de la vestimenta. La mayor parte de los pasos incluyen el movimiento de la honda, simulando el arreo o el lanzamiento de piedras.

La mujer lleva una o más polleras anchas y largas, debajo de las polleras uno o más centros o enagüas, blusa y un aguayo cruzado.


NEGRITOS
 

Danza de origen republicano, es una dramatización del sufrimiento de los afro-bolivianos durante el largo período de esclavitud. De aparente sencillez, la danza de los Negritos tiene una coreografía complicada. Su paso pausado se aproxima al candombe y descubre su parentesco con el Tundiqui y la Saya afroyungueña en la región subtropical de La Paz. La vestimenta, por el contrario, es simple. Con la cara pintada, los bailarines visten camisas viejas, pantalones ajustados, descalzos, mientras las mujeres exhiben, en unos casos, mini polleras y blusas ceñidas, o faldones o polleras, en otros. Todo depende del grado de distorsión y la fraternidad. La música es alegrona, monótona y onomatopéyica. Creada por los golpes al bombo, el raspado de la calabaza estriada -conocida además como reqe reqe o rasca rasca-, el sonido de los pitos y los cánticos de los danzantes, que con cierta regularidad saltan y gritan. La dramatización no podía estar completa sin la presencia de un caporal que flagela a un esclavo encadenado.

TOBAS

Es una representación figurativa de las tribus del Chaco boliviano. Desde antes de la colonia la relación entre la cultura andina y la amazonía fue de dominación y de resistencia. En sus incursiones, el ejército quechua tomó prisioneros selvícolas, llamados ch'unch'us. La llegada de estos orientales al mundo occidental inspiró en los aymaras la creación de una danza bautizada precisamente ch'unch'u, que no es más que una manera de apropiación cultural.

Fundada la República, los aymaras migrados a las ciudades de La Paz y Oruro reinventaron la danza y la designaron Tobas, nombre de una etnia del Chaco boliviano. La apropiación incluyó también la representación imaginaria de la cultura Tacana, con máscaras de madera ataviadas con plumas. El resto del indumento es liviano: calzoncillos largos, camisa de seda, una espaldera o capa pequeña y una falda de colores vivos hasta la rodilla, todo bordado y adornado con cuentas y espejuelos; de tal forma que los bailarines tienen libertad de acción.La coreografía exige saltos y agilidad excepcional y es una de las pocas danzas andinas que requiere tanto movimiento.


LOS MACHETEROS 

Los Macheteros, es quizá la danza beniana más conocida dentro y fuera del país. Su origen es colonial, y representa la resurrección de Jesucristo y su ascención a los cielos, pero desde una interpretación estrictamente nativa.

Cada bailarín lleva en la mano derecha un machete de madera (tumoré ti yucuqui), una camisa larga y blanca, sin mangas ni cuello, y con franjas coloridas a los costados. Portan en la cabeza un tocado -denominado en lengua nativa progi-, hecho de plumas de parabas (ave amazónica), artísticamente ordenado de acuerdo con la intensidad de los colores. Sujeta del armazón que sostiene el tocado de plumas, se extiende sobre la espalda del danzarín un cuero de piel de tigre, que llega hasta los talones cubiertos con semillas de paichachíes, que hacen las veces de cascabeles. Los danzarines descalzos se mueven ceremoniosamente sin soltar los machetes ni deponer su actitud de guerreros a punto de entrar en combate. Agachan la cabeza y la elevan, en señal de ascención y muerte; pero en ningún momento quiebran el ritmo de la música.


TAQUIRARI

El Taquirari es el ritmo musical y el baile más característico de los departamentos de Santa Cruz, Beni y Pando, que juntos conforman el oriente boliviano.
No se conoce con certeza su origen, pero existen testimonios de su presencia temprana en el siglo XIX. Se cree que el nombre de la danza proviene de la palabra moxeña takiríkire que significa flecha.Para bailar Taquirari, la pareja debe estar frente a frente y con las manos agarradas, los saltos son marcados por un ritmo movido, un poco menos que el carnavalito, y las variaciones a veces improvisadas por los músicos.
El Taquirari tiene una clara influencia de los bailes indígenas de la región, caracterizados por su movimiento y alegría. La vestimenta del camba está a tono con el calor del trópico: camisa blanca, pantalón hasta el tobillo, sombrero de sao y pañoleta al cuello. La mujer viste el tradicional tipoy (vestido largo y sin mangas usado por las indígenas orientales) y tiene adornada la cabeza con flores coloridas de la región. Pese a sus variaciones rítmicas, el Taquirari también es considerada la canción romántica del oriente, sobre todo, si se toma en cuenta que sus letras casi siempre van dirigidas a enamorar a la mujer o al varón.

CUECA 


Cada región de Bolivia refleja el espíritu del ambiente a través de un tipo de música. Así, tenemos la cueca y el bailecito como las danzas más representativas de los departamentos de Chuquisaca, Cochabamba, La Paz y Tarija. Pero la Cueca se ha transformado en un baile nacional siendo parte muy importante en la tradición folclórica del todo el país. Solo la cadencia del ritmo se diferencia de acuerdo a cada región, denominandose cueca cochbambina, chuquisaqueña, paceña y chapaca a las variantes más conocidas. La danza surge durante la época republicana siendo interpretada primero como baile de salón y luego como baile popular. La cueca se baila en parejas y cada bailarín lleva un pañuelo en la mano derecha. El pañuelo es un simple pretexto para que la pareja emplee el lenguaje corporal, en el cual sólo los movimientos y los ojos hablan, la mujer hace desplieges de coquetería mientras el hombre trata de provocarla y seducirla. L cueca consta de tres partes esenciales; la introducción, la quimba y el jaleo, las cuales indican el intento del hombre por conquistar a la mujer. 


WACA WACA


Según los historiadores, el impacto psicológico de las culturas nativas tras la llegada del ganado vacuno a tierras americanas derivó en coreografías como la "waka-wakas" o "waka-thinti" (siembra de la papa), "waka tokhoris" (toros bailarines) y "tinti-kauallu" (toreo con picadores).Desde su concepción, los waca-thintis representaban la cotidianidad agraria, pastoreo de ganado, la faena de las lecheras y corridas de toros con el fondo musical de pinkillos y wancaras. Espectar una corrida de toros fue una verdadera novedad para los indígenas. Por ello, el correteo del animal los hizo imaginar y crear la danza del waca tokhori o toro bailarín añadiendo aires de banda. Pensando ridiculizar la actividad taurina, los indígenas incorporan a los wacas (hombres ataviados con khawas de plata y plumas de loro), al kusillo y a un jilakata.Como ocurre con la mayoría de las danzas, la "evolución" llegó a los toros bailarines. Con la masificación de las wacas, las capas y khawas de plata y la gran cantidad de polleras de las mamatallas, que inicialmente eran señal de buen augurio para la siembra, pasaron al olvido. 

El varón lleva un capirote con pluma y cubierto de tul en la cabeza, un ponchillo, el toro o waca en armazón de cuero de buey rodeado por un pollerín que disimula los pies. Los bailarines que se identifican con el animal a través del disfraz, sujetan y manejan el armazón al ritmo de la música y en una actitud de torear.
El jilakata comanda la tropa de bailarines. Es una especie de alcalde que lleva el bastón de mando, sombrero de oveja y un típico poncho color tierra. El torero o "kausalla" es el personaje que imita al matador de toros, va provisto de una espada y a veces lleva capa de torero y traje de luces. El kusillo o bufón tiene la función de evitar que los animales vayan dispersos.La lechera gira muchísimas polleras superpuestas (suelen llegar hasta 25), lleva un elegante jubón bordado con faldellín de flecaduras, sombrero bombín de
chola o mestiza paceña y maneja una jarra o tichela de latón propia de las vendedoras de leche. Suelen añadirse otros personajes, como las "ilusas", mujeres que llevan cebada para los toros.


QUENA QUENA 

Esta danza es una de las más antiguas de la región y tiene origen prehispánico. Posiblemente esta danza tiene los trabajos más atractivos del arte plumario del altiplano, las llak'as, los espejillosy las chakanas



CH´UTAS

Esta es una danza característica del Carnaval y de la época de florecimiento de la papa. Los bailarines llevan una capa tejida, y una mascara transparente de malla de alambre con rasgos faciales pintados.


LAKITA PANKARA 

En esta danza el tocado cefálico tiene el nombre de pankara, que significa “flor”. Los bailarines llevan un poncho rojo y un chal bordado y tocan la música con lakitas o zampoñas, que son instrumentos de viento de cañas de diferentes tamaños, que también dan el nombre a la danza. Los tocados cefálicos son muy vistosos y tienen forma de corolas de flores multicolores.

AUQUI AUQUI 
                          
La danza del Auqui Auqui caricaturiza a los funcionarios de la administración colonial española. La ropa consiste en un sombrero alto de cuero y un bastón torcido.  Se complementa con una mascara de cuero de oveja con una nariz puntiaguda. Más adelante, esta mascara fue reemplazada por otra hecha de yeso que acentúa el color de la piel del personaje. Una joroba completa el conjunto.


LLANO PARIWANA
 
Los bailarines de llano pariwana llevan en la cabeza adornos de plumas rosadas y blancas. Van vestidos con ponchos rojos y ropa bordada en hilos de colores y metálicos. Estos objetos forman parte de la colección, así como fotografías de la danza en su lugar de origen.

QHARWANI 

Esta danza representa la caza. Los personajes principales son los cóndores y los kusillos, bufones andinos. Ellos llevan muñecos que representan llamas, zorros, pájaros y conejos.
Los bailarines llevan una falda blanca llamada sabanisa, camisa blanca y faja.  Sobre la espalda, el bailarín lleva una piel de llama con la cabeza colgando hacia adelante, adornada con pompones de lana de colores. Sobre el pecho tiene dos telas cruzadas. Desde los hombros le cuelga una bolsa grande llamada Cabildo, adornada con fajas de lana con diseños de estrellas, flores y llamas.  


Zampoñeros

La zampoña es un instrumento musical de viento típico del altiplano boliviano, las arcas están constituidas por 12 tubos y las iras por 11 tubos, ambas se complementan para cualquier interpretación musical, una sola no tiene las notas completas. También llevan juegos de taicas, maltas, licus y chuchullis, completándolos con instrumentos de percusión como el tambor, platillos y bombos.

Durante la ejecución de la danza pulsan la zampoña acompañada de una variada gama coreográfica.

La vestimenta de esta danza es propia del campesino del altiplano boliviano.

Kantus

Es una de las danzas más importantes de los Kantus Sartañanis, siendo interpretada de manera frecuente en los cantones, como Niño Corin, Curva, Charazani, Chajaya, Amarete, Mataru, Iskanwaya, Kata y otros.

La música y la danza del Kantu, por la región en la que se interpreta y por el tipo de melodía que lo caracteriza, se puede deducir que tiene un carácter ceremonial, ligado a diferentes índoles y motivos que realizaban los Kallawayas, por ende las costumbres y manifestaciones culturales de estos pueblos.

Los instrumentos que son ejecutados son: la tropa de Sicus (Cho’jlla), Putu Wankaras, Chinisco y el Pututu.

La danza del Kantu fundamentalmente es de pareja, por la concepción de la dualidad complementaria de género existente en nuestras comunidades. 


Kallawaya

Pese a su condición de extranjeros, entre los incas, su fama como depositarios de la ciencia permitió a los kallawayas gozar de un rango superior debido a su dominio de la farmacopea vegetal, animal y mineral, así como del diagnóstico y tratamiento de múltiples enfermedades.

La danza rememora las caminatas de los kallawayas por el mundo andino, llevando salud a los ayllus. Estos médicos herbolarios de las regiones de Charazani, Curva, Niño Korin, K’anlaya, Chajaya, etc. del noroeste de La Paz, pertenece a la denominada cultura Mollo, descendiente directa de Tiwanaku.

Por eso inclusive hoy, pese a mutaciones y mestizajes, los hijos de la Cultura Mollo mantienen rasgos distintivos: por ejemplo, si bien hablan el quechua (runa simi) o el aymara (jake - aru), tienen un idioma peculiar y presuntamente de doble alcurnia o status superior.

Muchos etnolingüistas afirman que la lengua que utiliza el kallawaya, es el idioma secreto de los incas (machaj jucay) que la nobleza inca “Orejona” hablaba entre los suyos, empleando el quechua común para el resto: atún runas y llajta runas de la clase media; yanaconas de servidumbre y mitimaes o colonos.

Los kallawayas asimilaron esa lengua privilegiada debido a la extrema confianza que los incas otorgaron a sus “kamilis” o curanderos. Tras la conquista, los médicos nativos volvieron al Collasuyo, trayendo consigo el idioma secreto, el cual utilizan en sus prácticas orativas y rituales.

La vasta variedad de plantas medicinales utilizadas en sahumerios y emplastes curativos proviene de los diferentes “nichos” ecológicos: llanos, valles, yungas, altiplano, serranías e incluso de las costas: algas, conchas marinas y guano.

Todo este “Khapakcacherio”, tiene plena aceptación como “medicina popular”. Los kallawayasson famosos con sus médicos naturistas “yatiris” y “chamakanis”, distintos de los “laikas”, parientes de los “anchanchus” o seres malignos, y los “sajras”, de carácter demoníaco.

Todo este mundo ha sido trasladado a la danza de los kallawayas, cuya rica danza y vestimenta es expresión del “yatiri”. La coreografía se destaca por “llant’hucha” de “suri”, es decir la sombrilla con plumas de avestruz que utiliza aquel médico itinerante para cubrirse de la insolación o de las lluvias en sus largas caminatas que tienen como fin llevar salud espiritual y material a los ayllus.

Los saltos ágiles y sincrónicos expresan el despliegue físico del médico itinerante, venciendo en su largo caminar riachuelos, montes y quebradas.

Doctorcitos

Esta danza es una sátira a los abogados de la colonia y a sus secretarias, que de una u otra manera eran ridiculizados por la sociedad de aquel tiempo. Por la vestimenta que llevaban se lo denominaba wayra levas.

La vestimenta de los hombres consiste en un sombrero de copa, un traje negro tipo smoking, una corbata de gato en el cuello, camisa y en la mano portan su tradicional bastón. Las damas tienen una falda oscura que ciñe la cintura con un chaleco y en la mano una pequeña vara.

Potolos

La danza es originaria de las poblaciones de Potolo y Potobamba, la primera ubicada en Chuquisaca y la segunda en Potosí.

Los movimientos rítmicos acompasados con movimientos graciosos de las caderas, le ponen una nota simpática a esta danza.

La vestimenta esta caracteriza por el sombrero de cuero de oveja que tiene una forma semicircular y un ala muy angosta. 

Incas

La danza describe el trauma de la conquista española, de los encuentros preliminares, la incomprensión, el diálogo, la muerte de Atahuallpa y el triunfo de Pizarro, luego el final inesperado: condena de Pizarro en España, maldición del europeo y un mensaje mesiánico y de rebeldía del pueblo derrotado.

El desfile de los Incas se inicia con sus grandes dignatarios como Manco Cápac, Atahuallpa, Huaylla Huisa, seguido por su cortejo de ñustas.

Tarqueada

La tarqa está constituida por una madera llamada Largo, en tres medidas, el licu o tayca, que es el más largo o grande; la mala o malta es de un tamaño mediano; el ch’ili es el más pequeño; los instrumentos de percusión son: el bombo y las tamboras. Estos instrumentos se los empieza a tocar el día 2 de noviembre después de rendir homenaje a nuestros difuntos y antepasados, en lo que se denomina desenterrar la tarqa. Su ejecución como instrumento musical termina generalmente el domingo de Tentación en algunos, pero en muy pocos lugares su ejecución se prolonga hasta la Pascua o comienzos de la cosecha.

La tarqa es un instrumento, que con sus melodías pide clemencia naturaleza frente a las sequías, los excesos de lluvia o cualquier otro fenómeno climático que afecten a los sembradíos. Finalmente, es con este instrumento que festejan la Anata o la diversión de la promesa de una buena cosecha, que anuncia por la floración de las sementeras de papa.

Los danzantes, después de pijchar un poco de coca y ch’allar con alcohol su casa, sus sembradíos y animales, llega a una euforia y en forma común en un solo grupo de hombres y mujeres comienzan la fiesta donde nadie es más ni nadie es menos, donde al son de la tarqa se hace esa fiesta andina tan diferente en sus motivaciones y en sus creencias.

Durante la fiesta del Carnaval se realiza una ceremonia que es la de Ch’allaku, costumbre de echar Llumpaqa o chicha con la Ch’ua (vaso o tutuma) a los 4 puntos cardinales como ofrenda o convite a la Pachamama.

Para la Anata, la comunidad prepara la “Tarqueada” y se inspira una nueva melodía, en el urunchaya y diachaqu, con la ceremonia del “sereno”, el hombre recibe de la naturaleza esa nueva melodía con la que pedirá buenas cosechas, estableciendo una relación estrecha con la Pachamama.

El día de Carnaval, después de pijchar y ch’allar con alcohol las casas, los sembradíos y los animales, continúa la fiesta con la participación de todas las comunidades, ayllus. Los danzantes y músicos, al son de las tarqas, acompañan a los pasantes; la interpretación de la música en la tarqa puede durar en algunas comunidades hasta el sábado de Pascua o comienzos de la cosecha.

Asociacion de Folkloristas Villazon
 
VILLAZON-BOLIVIA
 






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