Danzas y Origen


REPERTORIO DE DANZAS:

DIABLADA

La danza de la Diablada pertenece a las danzas “enmascaradas“ más populares del altiplano boliviano y las fraternidades, las que a veces llegan a tener varios cientos de participantes, la bailan e interpretan en las entradas de Carnaval o en las procesiones en honor a un Santo. Muchas veces se habla de la danza de los diablos en la que supuestamente se representa la victoria del bien sobre el mal. Casi todos los mitos de creación de la Diablada hacen referencia a Oruro, distinguiéndose especialmente dos importantes tipos de mitos: uno habla del pueblo de los Urus (uno de los pueblos más antiguos de Sudamérica; los últimos de los alrededor de 1500 Uru-Chipaya viven cerca del lago Poopó en Oruro, en la región de Puno también quedan unos pocos pertenecientes a ese pueblo), que fue salvado por la milagrosa aparición de la divina ñusta Inti Wara de las plagas enviadas por la ira del temible diós Huari (Wari). Los otros mitos creadores hablan de la relación entre el Chiru-Chiru/Nina-Nina, una especie de Robin Hood andino, y la Vírgen de la Candelaria o del Socavón, la que hasta el día de hoy es venerada especialmente por los mineros. Otro punto de referencia son las riquezas escondidas en el interior de las minas y su correspondiente explotación por los mineros

SURI SICURI 

La danza de los Suri Sikuris es originaria de las comunidades andinas de los Mollos, Aymaras y Lipis, en el departamento de La Paz y se la interpretaba en las provincias Camacho, Ingavi y Pacajes en ocasión de una boda o en la construcción de una casa. Sus raíces se adentran en el tiempo, pero puede asegurarse que es una reminiscencia o representación de la cacería del Suri (ñandú andino): el que es acorralado primero con el sonido de los sikus o zampoñas (aerófono andino parecido a la flauta de pan europea) y derribado luego con la ayuda de los liwi liwis o boleadoras.
A ésta reminiscencia se suma el orígen totémico del ñandú, cuyo movimiento es representado en la danza. También se reproduce estéticamente la imágen del animal, pues los danzarines llevan tocados, que a veces exceden los dos metros de diámetro, hechos con plumas de ñandú. Los bailarines llevan también como parte del atuendo una coraza de cuero de jaguar, pantalón de bayeta y pollerines plisados en color blanco.

KULLAWADA: De antíguos hilanderos y tejedores aimaras

En el mundo andino prehispánico y republicano, mujeres y varones participaban en la actividad textil, la que además era una fuente importante de la gran variedad cultural andina. La importancia actual de los textiles no sólo es económica sino también iconográfica y antropológica, pues en los tejidos se representa una compleja simbología, en la que se estilizan elementos naturales y abstractos. Los textiles ejercían además una gran importancia en las relaciones sociales y de reciprocidad entre los pueblos prehispánicos, especialmente en el de los kollas. El orígen de la Kullawada se vincula, por ejemplo, al relato mítico del "ayllu kyllawa" desterrado por el mallku Inti Willka. Esta danza, muy típica y representativa de la región de La Paz, expresa la vinculación a ésta actividad económica y social y tiene como principal símbolo a la rueca (kapu en idioma aymara), la cual es portada por los danzarines. La kullawada representa la crianza de ovejas y la actividad textil. Los bailarines, hombres y mujeres, llevan como símbolo una rueca en las manos. El líder de la danza es el waphuri que guía a los bailarines, y lleva una mascara con los labios en actitud de silbar. 
La vestimenta tradicional de la Kullawada consta de un sombrero (kh'ara) decorado con bordados en pedrería y flequillos de perlas de fantasía, usado tanto por hombres como por mujeres; los varones hacen uso de un ponchillo bordado con los mismos elementos de los sombreros y adornado con placas circulares, representando a la platería antigua. Las mujeres visten una amplia pollera, una pechera bordada, una pequeña manta (lliclla) bordada de igual forma que los ponchillos y en la cintura llevan atadas unas bolsas adornadas con monedas.

BAILES DE NORTE POTOSI 

La región denominada como Norte Potosí abarca no sólo el norte del departamento de Potosí, sino también parte de los departamentos de Oruro, Cochabamba y Sucre. Uno de los ritmos más interpretados durante la época de fiestas en el Norte de Potosí es el Carnaval Betanceño. En realidad se trata de una variante del Huayño, denominada Huayño Pasacalle, cuya letra originalmente es improvisada e interpretada por los conjuntos de músicos y danzantes que desfilan por las calles.

El pueblo de Betanzos está ubicado a 45 km de la ciudad de Potosí, a una altura de 3.250 msnm y toda esa zona se destaca por poseer tierras muy aptas para la producción de la papa, de la que se cultivan más de cien variedades. Betanzos tiene su feria los fines de semana, donde se venden y se intercambian muchos productos. A pocos kilómetros de Betanzos se encuentran también pinturas rupestres y fósiles cuaternarios.

Como en todas las danzas de Bolivia, las que se originan en Potosí tienen también su propio y típico vestuario:
la vestimenta de las mujeres consta de la Almilla, un vestido largo de bayeta negra, cuyo ruedo es adornado con bordados atractivos. También lleva un Aguayo, un paño que sirve para envolver o transportar bultos o cargar a su hijo. El rebozo es una pequeña manta de color oscuro con bordados de vivos colores, cuyos motivos generalmente son flores de distintos colores. 
Para asegurar entre sí cada una de las dos trenzas, de manera que no entorpezcan las labores cotidianas, las mujeres usan adornos llamados Tullmas. Los sombreros usados son de fieltro de lana de oveja y las solteras los adornan con plumas blancas y rosadas acompañadas de pequeños espejos. Las Chuspitas son pequeñas bolsas con diseños geométricos y de muy vivos colores, tejidas a mano. Su función es guardar hojas de coca que son utilizadas durante la jornada diaria o en las ceremonias, pero también sirven para guardar el dinero como billetera o monedero.
El Chumpi es una faja tejida con vistosos hilos de colores, usada por los varones para ajustar los calzones o los pantalones y por las mujeres para asegurar las faldas o polleras. 
El uso del Chulo, una gorra tejida, es exclusivamente masculino. Se utilizan a diario y son estrenados en fiestas y rituales como prendas de prestigio. En el chulo se determina la identidad étnica de los hombres y la pertenencia a un Allyu o Comunidad de la manera más externalizada. Los hombres usan pantalones de bayeta de color negro o blanco. Las chaquetas están confeccionadas con bayeta de distintos colores y generalmente están adornadas en la parte delantera con lanas o hilos de colores.Las Abarcas u Ojotas son una especie de sandalias que antes se hacían de cuero curtido de vaca. Actualmente hay artesanos que las hacen de trozos de llanta de automóvil.

HUAYÑO

El Huayño, también Huaiño o Wayño, es reconocido como una de las danzas más representativas de los Andes, ya que combina elementos pre-hispánicos de los pueblos Quechua y Aymara con los de la influencia europea. Mientras los históricos especulan que en sus orígenes puede haber sido una danza incaica funeraria, hoy en día el Huayño, es considerado un baile enteramente festivo. 
La música del Huayño es interpretada generalmente con instrumentos como la quena, la zampoña, el charango, el bombo y la guitarra. Sin embargo, existen diferentes variantes regionales, en las que se incluyen también trompetas, saxofones y acordeones. La estructura musical proviene de una escala pentatónica y usa un ritmo de 2/4. De ésa base también han surgido muchos híbridos musicales, pasando por las variantes del huayño, entre las que se incluye el Huayño Sicuri hasta llegar al Rock Andino.

El tinku en Macha 

Los Macha fueron la etnia dominante dentro de la federación de los Qaraqara, este grupo étnico estaba dividido en dos grandes mitades llamadas Alasaya y Majasaya, denominaciones aymaras que significan respectivamente “los de Arriba” y “los de Abajo”. (Tristan Platt, 1988)
Actualmente su territorio se halla circunscripto a la primera sección municipal de la provincia Chayanta del departamento de Potosí. La población de Macha (en la época colonial pueblo de indios según las ordenanzas toledanas) está situada entre el camino que une a las ciudades de Llallagua, Sucre y Potosí, es cabecera de valle y los idiomas que se hablan son el
quechua, el castellano y el aimara.
La festividad del Tinku (palabra quechua que significa Encuentro), se realiza principalmente en Macha, los días 3 y 4 de mayo de cada año, aunque también se lleva a cabo en las mismas fechas en las poblaciones de Ocuri, Pocoata y Chayanta del norte de Potosí.


MORENADA

A pesar de que hay opiniones muy controvertidas en cuanto al origen de la Morenada, respectivamente Danza de los Morenos, existe un cierto consenso en el hecho de que esta danza no tiene nada que ver con la cultura de los esclavos africanos traídos a Bolivia a partir del siglo XVI. Sin embargo, muchos autores afirman que la Morenada fue inspirada en esos africanos. Si uno cree en lo que el cronista Guamán Poma de Ayala describe, los esclavos africanos eran tramposos ladrones, jugadores y borrachos, que frecuentemente molestaban a las mujeres y muchachas indígenas y que se relacionaban con prostitutas. 

Sin embargo, el mismo Poma de Ayala cuenta que la mala alimentación casi obligaba a los esclavos a verse en la necesidad de robar. 100 años más tarde, Bartolomé Arzans y Vela, autor de la Historia de la Villa Imperial de Potosí, muestra una similar actitud negativa, relatando las crueldades que cometían los negros en contra de los indígenas y retratándolos como peones de los odiosos blancos. En el caso de que esta actitud de rechazo haya sido compartida por la mayoría de la población indígena y mestiza parece lógica la creación de una danza que satiriza al personaje del Moreno. Al parecer los esclavos africanos se mostraron públicamente por primera vez en un gran acontecimiento en el año 1555: Hicieron su aparición junto a sus amos en una fastuosa procesión celebrada en la ciudad de Potosí. Surgieron cofradías de negros no sólo en Potosí sino también en La Paz, pero no existe al parecer una referencia concisa en cuanto al destino posterior de esos esclavos.

La máscara de Moreno más antigua que se conserva data del año 1875 y fué realizada por Pánfilo Flores. Esa máscara tiene un aspecto mucho más sutil y delicado que los ejemplares usados hoy en día, en los que se destacan los ojos extremadamente desorbitados y la lengua saliente, elementos que supuestamente representan el cansancio y el efecto producido por el soroche (enfermedad de la altura). El sonido de la matraca de los morenos se asocia generalmente con el chirrido producido por el roce de las cadenas que portaban los esclavos.
Una hipótesis popular relaciona los característicos pasos cansinos de los Morenos con el pisado de uvas. Ya en partituras de Morenada del 1860 se encuentran referencias al pisado de uvas y el relato escenificado practicado por las fraternidades hasta los años 1950 se refiere a dicha actividad. Aunque hoy en día ya no existen poblaciones negras en el área de cultivo de vino, en los siglos pasados sí habían esclavos negros trabajando en viñedos. La información disponible se refiere a varias poblaciones de Cochabamba, en las que a partir del año 1590 en adelante se hace evidente la presencia de esclavos negros, (aunque habría que profundizar los respectivos estudios en cuanto a posibles asentamientos negros en Sucre y Santa Cruz y de la desaparición y/o el traslado de los afro-bolivianos a los Yungas de La Paz). 

Otra hipótesis se basa en los hallazgos de las pinturas rupestres encontrados por el arqueólogo Freddy Taboada en la región del Lago Titikaka en el año 1988. Las pinturas datan del siglo XVII y las figuras pintadas en amarillo y azul muestran una clara semejanza con bailarines de Morenos. Estos hallazgos se toman como una prueba de la antigüedad de la danza de por lo menos 300 años y de la estrecha relación que guarda con la cultura aymara lacustre. Para los defensores de esta hipótesis los hallazgos comprueban que la Morenada nació en los pueblos de Taraco, Iquiaca y Achacachi y para Maidana, el origen y la tradición lacustre de la Morenada incluso es expresión del dualismo andino, representando la complementariedad entre las parcialidades de la tropa. A mí personalmente me parece que la Morenada es un producto de todo lo mencionado, que en el transcurso de los años se ha ido mezclando y superponiendo dando lugar a mucha creatividad y la síntesis de muchas influencias diferentes.
              Texto de: Eveline Rocha Torrez



CARNAVAL VALLEGRANDINO

La población de Vallegrande se caracteriza por su topografía accidentada con valles, montañas y varias serranías. Su clima es templado, poco variable y su principal actividad es la agricultura, siendo sus campos especialmente apropiados para el cultivo de especies de flora ornamental. Los pobladores de esta región fueron grandes comerciantes que unieron rutas entre el occidente y oriente bolivianos, siendo también conocidos por su gran afición a los festejos carnavaleros de cada año. Durante ésas fechas mucha gente visita Vallegrande, por las tradiciones que aún se conservan y por la particular forma alegre de participar en el carnaval. Algo muy característico en las festividades es la Tojpina (pequeña orquesta local), la que interpreta cuecas, kaluyos y carnavalitos. Las coplas que las mujeres cantan contestando a las insinuaciones de los hombres suelen tener letras bastante pícaras y le dan el condimento al carnaval vallegrandino.

Asociacion de Folkloristas Villazon
 
VILLAZON-BOLIVIA
 






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